Costa
Rica se hunde en frustración tras perder 0-1 contra Panamá, en un partido donde
ni el clima ni el apoyo de su afición fueron suficientes.
San
José, Costa Rica - La selección de Costa Rica volvió a enfrentar la desilusión
de su afición luego de caer 0-1 ante Panamá en el Estadio Nacional. En una
noche donde más de 28 mil ticos llenaron las gradas, animados por precios
accesibles en las entradas y esperanzas de triunfo, el equipo no logró
materializar el apoyo en resultados, profundizando la crisis de confianza que
rodea al equipo y al cuerpo técnico.
El
encuentro tuvo un inicio esperanzador. La afición se mostró participativa,
respondiendo con ánimos cada vez que la selección lograba una jugada de
peligro. Sin embargo, en el segundo tiempo, una falta en el área permitió a
Panamá abrir el marcador desde el punto de penal, lo que hizo que el ambiente
se tornara sombrío y el estadio quedara en un silencio casi absoluto. La
respuesta de los aficionados no se hizo esperar: algunos comenzaron a abandonar
el estadio y otros permanecieron solo para mostrar su descontento con abucheos
y críticas.
Esta
derrota complica seriamente las posibilidades de la selección en la Liga de
Naciones de Concacaf, pues solo un triunfo en Panamá le permitiría a Costa Rica
mantener vivas sus aspiraciones de llegar al Final Four, evitando quedar
eliminados por segundo año consecutivo.
El
técnico interino Claudio Vivas, cuyo papel en el equipo ha sido tema de debate,
no ha logrado concretar una alineación confiable ni establecer una estrategia
eficaz, lo que ha causado que Costa Rica pierda puntos importantes en partidos
decisivos. Su continuidad también es incierta, pues el equipo se ha mantenido
en una fase de “construcción” durante meses, mientras otras selecciones en la
región han logrado consolidarse.
Sumado
a la derrota, Costa Rica también perdió al jugador Jeyland Mitchell para el
próximo encuentro, ya que recibió una tarjeta amarilla que lo deja fuera de la
alineación para el partido de vuelta. Mitchell fue sustituido durante el
segundo tiempo, y ahora su ausencia plantea un reto adicional para Vivas, quien
deberá encontrar una fórmula para enfrentar a un Panamá que llega motivado y en
buena forma.
Con
la serie aún abierta, los jugadores de La Sele mencionaron en la conferencia de
prensa posterior que aún faltan 90 minutos y que confían en revertir el
marcador en el Estadio Rommel Fernández. Sin embargo, la afición ha perdido la
paciencia y muchos seguidores se preguntan si vale la pena realizar el viaje
para presenciar un partido en el que no tienen certeza de un buen resultado.